Comer en familia
Las comidas en familia dan la oportunidad de modelar el buen comportamiento y los niños aprenden con ellas a comer los alimentos que tú comes. Cuesta un poco de trabajo reunir a todos para la comida. Pero vale la pena; toda la familia come mejor.
Comienza cuanto antes.
Empieza a comer juntos en familia desde que tus hijos están pequeños. Tu hijo crecerá acostumbrado a esos momentos en familia y guardará siempre el recuerdo.
Planifica las comidas.
Trata de tener comidas en familia casi todos los días de la semana. Planea con anticipación y anótalo en tu calendario.
Haz preparativos de antemano.
Si se te dificulta cocinar durante la semana, cocina el fin de semana anterior. Puedes congelar la comida y recalentarla o usar una olla de cocción lenta.
Crea momentos felices que todos recuerden toda la vida.
Evita las discusiones y asegúrate de que no haya interrupciones con la televisión o el teléfono.
¿Cuál es la mejor manera de alimentar a mi hijo?
- Empieza por ti.
Pon el ejemplo comiendo distintos alimentos saludables. - Come con tu hijo.
Sirve los alimentos que comes y no hagas una comida distinta a la tuya para tu hijo. Es útil incluir por lo menos una cosa que a tu hijo le guste comer, como un panecillo integral o alguna fruta o verdura. - Alimenta a tu hijo sin insistirle.
Ofrécele alimentos sin exigirle, premiarlo ni sobornarlo. Trata de no decir cosas como: “que no quede nada en el plato”, “cómete las verduras” o “nada de postre hasta que te comas tus verduras”. Por otra parte, eso también significa no elogiar al niño si limpia el plato o prueba un nuevo alimento. - Deja que el niño coma (o no coma).
En cambio, explícale que está bien comer la cantidad que uno quiere.
No te preocupes, no pasa nada si:
- Tu hijo no se come una comida o un refrigerio. Simplemente ofrécele alimentos saludables la próxima vez que hagas una comida o un bocadillo.
- Tu hijo solo quiere comer el mismo alimento por varios días.
- Un día le gusta cierto alimento, pero se niega a comerlo al día siguiente.
Los niños en la cocina
Cuando los niños ayudan en la cocina es más probable que prueben más cosas, que les gusten y que aprendan otras habilidades. Aprenden matemáticas y ciencias básicas, nuevas palabras y cómo ayudar a limpiar. Recuérdale a tu hijo que se lave las manos primero. Ten paciencia con él en la cocina y no te olvides de elogiarlo por su trabajo.
Trata algo nuevo:
- Organiza un concurso de colores y vean cuántas frutas y verduras verdes, rojas, amarillas y anaranjadas se pueden incluir en una comida.
- Corta los alimentos en formas divertidas y fáciles con moldes para galletas.
- Ponle nombre a un platillo que tu hijo ayude a crear. Anuncia con bombo y platillo “La ensalada de Carla” o “Las papas de Carlitos” para la cena.
- Planea una noche para que cocine “lo que le gusta”. Deja que tu familia prepare sus propios tacos, sándwiches, pizza o ensaladas.
Las bebidas llenan las barriguitas
El agua y la leche son las mejores opciones de bebidas, y pequeñas cantidades de jugo 100% de frutas o verduras también están bien. Pero las bebidas de frutas, ponche, refrescos, bebidas deportivas (como Gatorade®) y bebidas energéticas tienen calorías y azúcar que tu hijo no necesita.
El agua:
El agua, además de tener un bajo costo, le da al niño los líquidos que necesita sin azúcar, cafeína ni calorías de más.
La leche:
La leche es una buena fuente de calcio, proteína, vitaminas A y D y otros nutrientes. Cuida que tu hijo no se llene demasiado de leche y luego no tenga hambre para otros alimentos necesarios. Cuando tu hijo cumpla 2 años empieza a darle leche baja en grasa (1%) o sin grasa. No le des leche con sabores, como chocolate o fresa, ya que contiene azúcar y calorías adicionales.
El jugo de frutas:
El jugo hecho 100% de frutas o de verduras contiene vitamina C. Beber jugo en gran cantidad hará que el niño aumente demasiado de peso o tenga diarrea o caries dentales. Ofrécele fruta fresca más a menudo, porque contiene más fibra que el jugo de frutas.
Ejercicio y Diversión
Algunos de los mejores recuerdos de la infancia son cosas sencillas como jugar en el parque, montar en bicicleta o bailar alegremente. Como padres, todos queremos que nuestros hijos se sientan felices, fuertes y seguros. El ejercicio ayuda a todo esto, así como a tener un peso saludable con menos estrés. Practicar ejercicio con regularidad reduce el riesgo de enfermedades del corazón, presión arterial alta, diabetes y otras más. Anima a toda la familia a practicar juntos el ejercicio físico.
Los niños necesitan al menos 60 minutos de ejercicio físico al día.
Prueba estas actividades:
- Planea practicar en familia caminatas, paseos al aire libre y viajes para acampar.
- Enseña a los niños a nadar y montar en bicicleta y convierte estos ejercicios en una rutina.
- Convierte tareas como rastrillar las hojas caídas y cuidar del jardín en diversiones en familia.
- Inventa carreras y saltos de obstáculos en el parque para divertirse.
- Piensa en maneras de hacer ejercicio dentro de casa: bailar al ritmo de la música, jugar con globos o pelotas ligeras, hacer yoga y estiramientos, bailar con los videos musicales para niños, etcétera.
- Averigua qué tipos de programas recreativos están disponibles, como clases de natación, programas comunitarios y otros en los parques de la ciudad.